Historia
En el siglo X los reyes del, por entonces naciente, Reino de León fundaron el monasterio y la iglesia de San Pelayo donde se albergaron las monjas benedictinas. Tras el paso de Almanzor llegó la repoblación organizada por el rey Alfonso V, en el siglo XI. Debido al casamiento de la infanta doña Sancha con el conde Fernando de Castilla son nombrados reyes de reinos de León y Castilla y se establece la corte en León, en torno a San Pelayo.
El templo crece y se enriquece. Por el Camino de Santiago llegan los mejores escultores, canteros y todo tipo de artistas de los reinos próximos y de toda Europa que trabajan en la construcción del templo.
La reina doña Sancha decide establecer en el nuevo templo un panteón para los reyes. Desde entonces bajo sus bóvedas policromadas se han enterrado once reyes y más reinas, así como condes e infantes.
En el año 1063 llegan los restos de San Isidoro de Sevilla gracias al privilegio de los reyes Fernando y Sancha. Para el sostenimiento del templo y el cuidado de los restos y la obra de San Isidoro se establece en la colegiata una comunidad masculina, regida por la Regla de San Agustín, comunidad que aún hoy pervive en ella.
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1 comentario:
Muy bonita e interesante la aportación de estas dos profesoras de Religión.
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